martes, 30 de septiembre de 2008

MIS ABADÍAS



Esto es una pequeña muestra para que la gente sea consciente de los peligros de los historiadores del arte. En mi caso el estudio de ruinas conlleva, en el mejor de los casos, atravesar pueblos variopintos o penetrar en frondosos bosques (en la mayoría de los casos me busco un camino alternativo)

El primer destino fue Royaumont. Un tren te lleva a Viarmes, el pueblo más cercano. Esta ventana pertenece a una de sus casas
En el pueblo y en la propia abadía te recomiendan que tomes unas sendas preciosas por el bosque...Sí, en plan Caperucita. Y como yo no estaba por la labor, seguí el camino más urbano posible, cogiendo la carretera. La visita merece la pena. Estuve prácticamente un día entero haciendo fotos, midiendo, escribiendo, dibujando....vamos, pasándomelo como una enana
Otra de las abadías de Blanca de Castilla es Lys. Es preciosa. Yo creo que es la que más me gusta. La pena es que está llena de mierda (no encuentro otra palabra que recoja todo lo que vi allí). Está prohido meterse entre las ruinas, pero si los kinkis se cuelan para hacer de todo, pues yo también.
Mientras dibujaba unas cosas apareció este bicho a hacerme compañía (una cotilla)
La última es Maubuisson. He ido unas cuantas veces. La última ayer, para visitar el servicio de arqueología. Quedan cuatro piedras de la iglesia (si llega) y el ala oriental del claustro (muy muy restaurado)
Esto es para que veáis que no exagero, y que realmente mis visitas se encuentran en medio de la nada.

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